Pese a todas las promesas, la mala noticia se ha producido: mañana sube la luz...
Va siendo hora de que la expresión "vale menos que la falsa monéa" sufra una puesta a punto y pase a ser "vale menos que la palabra del ministro Sebastián". No cabe duda de que, ahora, vendrán todo un cúmulo de explicaciones y justificaciones que no convencerán a nadie sobre todo porque todos recordamos la contundencia de las declaraciones del ministro, afirmando que la luz no volvería a subir a lo largo de este año. En más de una ocasión nos hemos hecho eco del cúmulo de "pequeñas" subidas que, al final, se han convertido en una gran subida sin que a los sufridos consumidores nos quede otra alternativa que el muy hispano derecho al pataleo. Y seguimos con la absoluta falta de transparencia en lo que a la formación del precio de la luz de refiere. Esa falta de transparencia alimenta todo tipo de suspicacia con relación a la potencia (no de energía) que tiene el lobby de las compañías eléctricas. Dicen que la subida en este caso es"sólo" del 1,4%. Poco... si no hubiéramos ya soportado tantos incrementos lo que hace que, al final, debamos empezar a pensar si un servicio tan necesario no se estará convirtiendo en un producto de lujo sólo al alcance de los que más pueden económicamente hablando. Lo dicho, ¿qué valor cabe otorgar a la palabra de un ministro que la incumple con tanta facilidad como escasa elegancia?
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